Rodolfo (Luis Brandoni) es un médico obstetra, viudo, que decide jubilarse. Es un poco parco, de costumbres esquemáticas. No tiene una relación cordial con su hija Laura (Nancy Dupláa), quizás porque esta eligió la música como forma de vida y no su misma profesión. Imprevistamente, la empleada de la casa le deja a su hijo al cuidado, sin más explicaciones. Y es en ese momento, que el médico deberá lidiar con sus relaciones y sus costumbres para afrontar la situación.
El retiro es un relato que apela más a la sencillez que al giro inesperado que le aporte algo al cine argentino. Donde lo simple tiene nobleza. Pero no viene a innovar nada al panorama nacional.
El guion del director junto a Daniel Cúparo (nombre habitual de algunos productos de la factoría de Adrián Suar) y Fernando Castets (colaborador de Juan José Campanella) balancea situaciones cercanas a la lágrima, sin ser un drama, junto a personajes secundarios amables. Tanto la ex jueza con intenciones seductoras que compone Soledad Silveyra, como el amigo medio atorrante, jugado por Gabriel Goity, airean el conflicto central que es meramente generacional y de mirada retrospectiva de las relaciones familiares.
Hay también una intención de casting polémico, con una pareja protagónica situada en veredas opuestas. Pero a no llamarse a engaño, acá la militancia de los actores no se refleja en la trama. Más bien todo lo contrario, el ojo está puesto en recomponer.
El retiro transita lugares comunes, fluye narrativamente, pero tiene efectos inocuos.