Amenaza en lo profundo de William Eubank

Ya es moneda corriente el fanatismo de Hollywood hacia las (mega)producciones que se encaprichan con extrañas criaturas que amenazan con acabar con la vida de pobres e indefensas personas. Existiendo tanta oferta en este aspecto es inevitable no caer en las, muchas veces odiosas, comparaciones. En esta ocasión el paralelismo entre esta película y Alien es más que evidente. Claro está que ésta última supo sobrevivir al paso del tiempo y consagrarse como un clásico.

Luego de que un extraño terremoto destruyera casi por completo una estación ubicada en lo más profundo del océano, un grupo de investigadores de Indutrias Trian deberá utilizar toda su fuerza (tanto física como mental) para poder llegar a otra instalación subacuática, la cual cuenta con unas cápsulas especiales que los enviarán de retorno a la superficie.

A los pocos minutos de ¿aventura?, este grupo liderado por la mecánica Noah (Kristen Stewart), pese a que el capitán del equipo es Lucien (Vincent Cassel), descubrirá que no está sólo. Es por demás sabida la frase de que “el ser humano conoce sólo un 5% del océano”, entonces ¿qué criatura extraña y desconocida estará acechando y amenazando la vida de estos investigadores?

Amenaza en lo profundo intenta abarcar múltiples géneros, desde ciencia ficción y suspenso hasta acción y terror, pero finalmente no logra enfocarse en ninguno específico. Por unos segundos la trama también intenta realizar una crítica hacia cómo los seres humanos destruyen todo lo natural que está a su alcance. Este punto finalmente queda más como un comentario (completamente forzado) al pasar que como algo en lo que realmente se quiera ahondar.

La trama es completamente previsible y cae en cada clisé habido y por haber. Desde la explosión, que ocurre en los primeros minutos, es fácil anticipar qué pasara a cada segundo (inclusive qué personajes nos acompañarán hasta el final y cuáles se quedarán a mitad de camino). El hecho de que todo lo que se muestra sea tan obvio hace que la historia en sí se vuelva completamente tediosa. Ni siquiera el hecho de que la película dure sólo 95 minutos hace que no se sienta larga .

Puntuación: 1.5 de 5.

Amenaza en lo profundo es una copia moderna de Alien, sólo que adaptada a las profundidades del océano. Claro que lejos está de alcanzar los niveles de tensión y de terror que supo generar aquella película de 1979. La trama, atestada de lugares comunes, en todo momento resulta obvia. Ni siquiera un elenco estelar hace que sea más amena la experiencia.

Personal Shopper de Olivier Assayas

Se estrena Personal Shopper, la nueva película de Olivier Assayas, ganadora del Premio al Mejor director en Cannes y protagonizada por Kristen Stewart.

Después de pasar por Cannes y Mar del Plata, Olivier Assayas regresa a las salas argentinas con Personal Shopper. La trayectoria del hijo del director y guionista Jacques Rémy es una de las más irregulares del actual cine francés. Irregular por las diversas capas que atraviesa, irregular porque cada película es un híbrido de géneros y citas cinéfilas, irregular porque a los 62 años, sigue siendo un enfant terrible con influencia de la nouvelle vague y ciertos realizadores “malditos” estadounidenses.

En los últimos años parecía que se había calmado un poco -especialmente después de la ambiciosa miniserie Carlos– pero con Personal Shopper regresa con una propuesta un poco más provocadora, al menos en el concepto de lo que acá suele clasificarse como “cine de autor”. Es que el nuevo film del realizador de Demonlover contiene elementos que podrían pertenecer a Shyamalan, pero Assayas las adapta a sus tiempos y búsquedas personales.

Maureen -Kristen Stewart, cada vez más expresiva y versátil- trabaja en París como asistente de una modelo francesa. Su labor consiste en ser una “compradora fantasma”, viajar por Europa seleccionando vestidos, joyas y complementos para su jefa. Esto le permite pasar las noches dentro de la antigua casona de su fallecido hermano, para tratar de conectarse espiritualmente con él, ya que ambos tienen poder extrasensitivos.

Influenciado por el cine de Jacques Rivette -o al menos con ciertas similitudes de sus últimas obras- Assayas construye un drama psicológico con algunos aspectos sobrenaturales. Como en Celine y Julie viajan en bote, la protagonista mira una película sobre las sesiones médium de Victor Hugo -interpretado por el músico Benjamin Biolay- y le dedica varios minutos a esta historia dentro de la película.

La doble vida de Maureen construye el foco y la perspectiva de la historia, pero quizás hay otra mirada. La protagonista intenta conectarse con su hermano para buscar una manera de enfrentar su posible muerte -ambos tienen la misma deformación cardíaca-, así que el temor de morir supera su miedo ante espíritus que posiblemente no sean su hermano.

Con un manejo virtuoso de la cámara -justificado premio a la puesta en escena en Cannes-, Assayas maneja diversos tonos y climas. Pasa de un minimalismo esquemático, escenas intimistas, a otras con efectos digitales y una tensión in crescendo que parecen salidas de un exponente de J-Horror.

El relato tiene ciertos baches rítmicos que sirven para exponer el temor interno de Maureen -el trabajo de Stewart es convincente y se pone al hombro gran parte del film- y después salta con un giro inesperado en la narración que Assayas prefiere no explayar y en cambio apela a un recurso sugerente completamente visual, apoyándose en el lenguaje cinematográfico más puro.

Assayas suelta su ambición desnudando también la hipocresía y frialdad del mundo de la moda, en donde Stewart se adapta perfectamente con la gelidez que la caracteriza. Pero el film también funciona como thriller y drama, a pesar de sus contrastes.

Quizás eso -aunque sea arriesgado- es lo que le quite ciertos méritos formales: la manera en la que su realizador salta de una escena sugerente, abocando a la interpretación del espectador, a otra completamente discursiva, que banaliza y explica innecesariamente, aquello que la actuación de Stewart dejaba claro en los primeros minutos del film: ese dolor, esa pesada carga que arrastraba el personaje.

Personal Shopper es misteriosa, atractiva, densa y sobrenatural -incluso tiene escenas que conectan con fantasmas lynchianos– pero no abandona nunca el drama y la búsqueda de la protagonista, aún en su retrato del mundo de la moda. El ojo de Assayas levita en un formato no terrenal que eleva la calidad de su film, más allá del riesgo -siempre necesario, meritorio y disfrutable- y de sus pretensiones. El enfant terrible ha regresado.

Estreno Operación Ultra de Nima Nourizadeh

Este jueves llega el estreno de Operación Ultra, dirigia por Nima Nourizadeh (Proyecto X) con Jesse Eisenberg y Kristen Stewart.

Mike es un joven que no tiene motivación alguna y que vive junto a su novia Phoebe en una pequeña y aburrida ciudad. Un día, su vida da un giro inesperado cuando el pasado de Mike vuelve para perseguirlo y se convierte en el blanco de una operación de alto secreto del gobierno.

Operación Ultra parte de una premisa, que aunque ya vista en otras películas, conforma una comedia de acción negra simple.

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El problema principal de Operación Ultra radica en intentar ser algo que no es.

Jesse Eisenberg pareciera repetir una y otra vez los personajes de todas sus películas y en el caso de Kristen Stewart, el desarrollo de su protagonista solo es creíble en la desvariada historia que plantea el director de Proyecto X.

Sin grandes carcajadas, ni una acción desmedida (como muestra el trailer) el film de Nourizadeh quiere apostar a varios géneros pero no brinda nada nuevo en ninguno de ellos; y queda a medio camino de todos.

Estreno El otro lado del éxito de Olivier Assayas

El otro lado del éxito, de Olivier Assayas, propone una mirada intimista sobre la mujer y su lugar en un negocio como es el de Hollywood, con una Juliette Binoche casi interpretándose a ella misma.

Maria Enders es una reconocida actriz pero ya pasó la barrera de los 40. Reconocida internacionalmente, le ofrecen actuar en teatro una obra que ya hizo a los 20, pero en el papel de la “veterana” Helena.

La película está compuesta principalmente por un trío de personajes femeninos: por un lado, la mencionada actriz, a quien acompaña su joven asistente (en el papel de Kristen Stewart que gracias a esta película se convirtió en la primera actriz norteamericana en ganar un Cesar –premio equivalente al Oscar francés-) y su mirada frívola sobre Hollywood, y la nueva, la actriz que debe encarnar al personaje que Maria interpretó allá en su juventud, una Chloe Moretz como una escandalosa y exitosa comercialmente actriz que vive en boca de todos más que nada gracias a la viralización de lo que hace.

Si bien la película parte de una premisa atractiva, el lugar que ocupa la mujer en un negocio como el de Hollywood, donde las actrices del momento siempre son mujeres de menos de 25 años, el director juega con su guión hasta el punto de llegar a momentos cuestionables, algunos por lo subrayado de su paralelismo y otros por lo innecesario. Si a eso le sumamos una extraña edición (hay cortes que se perciben apresurados) y unos fundidos a negro muy recurrentes, El otro lado del éxito termina pareciendo algo más bien amateur, extraño para el caso de un director con una filmografía tan extensa y variada como lo es Olivier Assayas.

El otro lado del exito-vision del cine
El otro lado del exito-vision del cine

Quizás lo más interesante de esta película no sea siquiera el reflejo que propone entre la actriz reconocida y su nueva sucesora, sino la relación que mantiene con su asistente personal. Las conversaciones, los ensayos y otros momentos compartidos están entre lo más destacado de una película más bien pretenciosa. Vale resaltar que cada una de sus tres actrices están muy bien, siendo especialmente sorprendidos por una Kristen Stewart relajada y fresca, alejada de la imagen que uno suele tener de ella. Juliette Binoche es más que la actriz principal, fue ella la que le llevó al director la idea de esta historia que luego él convirtió en guión y en esta película, respectivamente.Chloe Moretz no puede evitar quedar ensombrecida tras ellas dos pero no está mal.

Por momentos recuerda a Maps to the stars, de David Cronenberg, otra película con una mirada particular sobre el cine de Hollywood, desde sus entrañas. Pero mientras Assayas intenta ser más intelectual (incluso parece introducirse en el film él mismo cerca del final cuando Brady Corbet aparece como un joven director que le escapa al cine comercial), el guión falla especialmente en su tercer acto y al finalizar uno queda con gusto a poco.

Resumiendo, este íntimo drama femenino propone una mirada decadente sobre Hollywood y un juego de espejos interesante de la mujer en él. Pero a nivel visual y guión, dos piezas fundamentales, falla y la termina convirtiendo en una película insustancial que podría haber sido algo más que un gran duelo actoral.

Estreno El otro lado del éxito de Olivier Assayas

La nueva película de Olivier Assayas, El otro lado del éxito, propone una mirada intimista sobre la mujer y su lugar en un negocio como es el de Hollywood, con una Juliette Binoche casi interpretándose a ella misma.

Maria Enders es una reconocida actriz pero ya pasó la barrera de los 40. Reconocida internacionalmente, le ofrecen actuar en teatro una obra que ya hizo a los 20, pero en el papel de la “veterana” Helena.

La película está compuesta principalmente por un trío de personajes femeninos: por un lado, la mencionada actriz, a quien acompaña su joven asistente (en el papel de Kristen Stewart que gracias a esta película se convirtió en la primera actriz norteamericana en ganar un Cesar –premio equivalente al Oscar francés-) y su mirada frívola sobre Hollywood, y la nueva, la actriz que debe encarnar al personaje que Maria interpretó allá en su juventud, una Chloe Moretz como una escandalosa y exitosa comercialmente actriz que vive en boca de todos más que nada gracias a la viralización de lo que hace.

Si bien la película parte de una premisa atractiva, el lugar que ocupa la mujer en un negocio como el de Hollywood, donde las actrices del momento siempre son mujeres de menos de 25 años, el director juega con su guión hasta el punto de llegar a momentos cuestionables, algunos por lo subrayado de su paralelismo y otros por lo innecesario. Si a eso le sumamos una extraña edición (hay cortes que se perciben apresurados) y unos fundidos a negro muy recurrentes, el film termina pareciendo algo más bien amateur, extraño para el caso de un director con una filmografía tan extensa y variada como lo es Olivier Assayas.

Quizás lo más interesante de esta película no sea siquiera el reflejo que propone entre la actriz reconocida y su nueva sucesora, sino la relación que mantiene con su asistente personal. Las conversaciones, los ensayos y otros momentos compartidos están entre lo más destacado de una película más bien pretensiosa. Vale resaltar que cada una de sus tres actrices están muy bien, siendo especialmente sorprendidos por una Kristen Stewart relajada y fresca, alejada de la imagen que uno suele tener de ella. Juliette Binoche es más que la actriz principal, fue ella la que le llevó al director la idea de esta historia que luego él convirtió en guión y en esta película, respectivamente. Chloe Moretz no puede evitar quedar ensombrecida tras ellas dos pero no está mal.

Por momentos recuerda a Maps To The Stars, de David Cronenberg, otra película con una mirada particular sobre el cine de Hollywood, desde sus entrañas. Pero mientras Assayas intenta ser más intelectual (incluso parece introducirse en el film él mismo cerca del final cuando Brady Corbet aparece como un joven director que le escapa al cine comercial), el guión falla especialmente en su tercer acto y al finalizar uno queda con gusto a poco.

Clouds of Sils Maria